La Orden del Cister
El movimiento Monástico Cisterciense, nace en Francia a comienzos del S. XI (1098),
Cuando un grupo de monjes del monasterio de Molesmes, abandona su comunidad para formar una nueva, en la localidad de Citeaux (Cister), al frente de ellos el Abad Roberto, pretende restaurar la Estricta Regla de San Benito de Nursia, que en el año 545 había fundado la orden de los Benedictinos. La nueva Orden se basa en los principios de abandonar todo signo externo de riqueza y en el propio trabajo para conseguir su subsistencia, será el famoso “Ora et Labora” que distinguirá a los monjes del Cister. El Abad Roberto es obligado por el Papa ( Urbano II) a regresar a Molesmes, y será sucesor, Alberico, el que consiga el reconocimiento de la Orden por el Papa Pascual II. Por último el tercer Abad, Esteban Harding , promulga la Carta de Caridad que recoge las normas por las que se regirán todas la comunidades de la Orden y funda las comunidades de la Ferté, Pontigny, Morimond, y Claraval, que serán las casas madres del resto de los cenobios Cistercienses posteriores. En 1113, comienza la expansión de la Orden en Francia. Será Bernardo de Claraval el que favorezca la expansión de la Orden, primero en Francia y posteriormente al resto de Europa. Así, a través de una larga tradición, los Cistercienses se remontan a la primitiva comunidad cristiana fundada por Jesús de Nazaret. Para ampliar mas el conocimiento de la Orden, ir a la página de la OCSO.